Agricultura




*Pueblos de cultura Pre- agrícolas:
R: Muchos grupos indígenas que cultivaban en las zonas de los llanos, se encontraban sometidos a los periodos anuales de lluviosidad y sequía, y la frecuencia de estos periodos limitaba las labores agrícolas, de aquí que muchos de estos pueblos hayan sido recolectores, pescadores o cazadores.
Esta interrelación hombre-hábitat, fundamentada en la explotación de los recursos naturales, obviamente tuvo su impacto sobre el ambiente; sin embargo, no debió generar mayores desequilibrios ecológicos en los medios ambientes habitados en vista de ser pueblos nómadas, de escaso número de miembros.
Los grupos indígenas que poblaron las tierras áridas y semiáridas de algunas regiones costeras venezolanas como la guajira, los paisajes secos del norte de la presión de Maracaibo, las costas secas de Falcón, la cuenca del río Unare, el golfo de Cariaco y la península de Paria, no encontraron condiciones favorables para la explotación del recuso suelo. Se dedicaron a la caza y la pesca.
Fabricaron y usaron redes, anzuelos y canoas en las labores de la pesca; y arcos, flechas, macanas y lanzas, en la caza de animales. Esto demuestra que tejían fibras vegetales, como el algodón, y que trabajan ciertos materiales duros (madera, hueso, piedras…).
La falta de agua los llevo a recurrir al agua del rocío que se formaba sobre las hojas. También a la preparación de una harina blanca, para lo cual empleaban una hierba (el hayo), que se mezclaba con un polvito que obtenían de la pulverización de conchas de caracol y de ostras.
*Pueblos de cultura agrícola media:
R: Los Caribes y los Arawacos fueron pueblos de agricultura intermedia que, gracias a su mayor nivel cultural, supieron aprovechar las características climáticas y los buenos suelos de muchas de las áreas que poblaron en la región montañosa del norte del territorio venezolano.
Cultivaban especialmente raíces, tubérculos (yuca, batata, ocumo, apio) y granos (maíz, caraota, frijol); asimismo, auyamas, árboles frutales (anón, guanábana, mamón, guayabo, jobo, mamey, aguacate y piña).
Practicaron una agricultura migratoria, caracterizada por el desmonte o roza (tala) y la quema de la vegetación básica, en una parcela que era cultivada durante dos o tres años; luego de pasado este tiempo, se le dejaba e barbecho para, que el suelo se recuperara, y se pasaba a otra parcela en donde se empleaba la misma técnica de la roza y la quema. La ceniza que quedaba de la quema de los árboles talados, servia de fertilizante a los cultivos.
Las condiciones del medio les permitieron usar una escuálida vestimenta (el guayuco); y una vivienda simple (choza o bohío), cuya construcción no requería de mayores cosas para protegerse de la intemperie. Tanto los vestidos como las viviendas eran hechos a base de los materiales que el medio natural podía ofrecerles (troncos y ramas de árboles, palmeras, cañas, barro…) y del cultivo de algunas fibras, como el algodón. Las mismas condiciones climáticas les permitieron usar la hamaca para dormir.
Los pueblos indígenas llaneros que se dedicaron e la agricultura como actividad económica fundamental, pusieron en práctica inteligentes técnicas para la desecación de lagunas, con resultados positivos, y emplearon sistemas de almacenamiento (Barbacoas) para preservar las cosechas del ataque de los animales y de la humedad del suelo.
*Pueblos de cultura agrícola avanzada:
Los timotos y Cuicas que poblaron los Andes venezolanos, fueron pueblos eminentemente agrícolas, que emplearon métodos avanzados para poder vencer los obstáculos que le presentaban la topografía del terreno. Con escasa pesca y caza dificultosa, estas tribus tuvieron que sacar el mejor provecho a la explotación y uso del suelo.
Debido a la escasez de espacios planos y a la considerable población que ocupó estas tierras, los Timotos y los Cuicas desarrollaron una admirable agricultura intensiva, mediante la cual se aprovechaba el más mínimo espacio cultivable.
En sus cultivos supieron aprovechar la explotación una gran variedad de plantas: maíz, yuca, ocumo, apio, auyama, cacao, algodón… y árboles frutales (mamón, aguacate, guayaba, piña…)
La abundancia de piedras fue aprovechada en la construcción de terrazas para el cultivo y de terrazas. El frío propio de los relieves cordilleranos les indujo a tejer vestidos de algodón y mantas de abrigo; por esto mismo en ves de la hamaca, estos pueblos, emplearon para dormir la estera. También emplearon el cuero de los animales que cazaban, como por ejemplo el venado, para fabricar vestidos, lo cual indica que conocían técnicas de tenería. La arcilla fue aprovechada para producir utensilios de uso doméstico (ollas, envases…) e ídolos.
Con diversos recursos del medio (vegetales, animales y minerales) construían armas variadas (arcos, flechas, lanzas, dardos, macanas…), que eran utilizadas tanto en la guerra, como en la caza de animales silvestre.
· En conclusión, se puede decir que, el indígena venezolano, cualquiera que haya sido su grado de desarrollo cultural, tuvo necesidad de poner en práctica métodos y técnicas para vencer los problemas de subsistencia que se le presentaban, mediante una adecuada explotación y uso de los recursos naturales que ambiente tan variados le ofrecían.